lunes, 26 de agosto de 2013

Deshumanización.

En ocasiones, el contexto dificulta la relación enfermera-paciente y la deshumanización del cuidado aparece como un asunto multifactorial. Profesionales y estudiantes del área de la salud, han tratando de encontrar y explicar las causas a la pérdida de humanismo en el ámbito asistencial. Médicos, enfermeras y docentes en España y otros países, se preguntan y reflexionan continuamente sobre qué, quién o quiénes son los responsables de que el paciente haya dejado de ser el centro, el fin en sí mismo de la asistencia sanitaria y se convierta en un medio, vulnerando su dignidad (Barnard y Sandelowki, 2001; Arroyo, 2001; Quero, 2004; Hospital y Guallart, 2004). Estas autoras coinciden, como veremos, en que existen múltiples factores que interactúan entre sí en la deshumanización del cuidado, además, en que la responsabilidad de tal fenómeno es compartida por el entramado social, la estructura sanitaria, la formación académica, la hegemonía técnica y el propio paciente.

Relaciones Interpersonales

Pasaron cien años desde que Florence Nigthingale escribiera sus Notas sobre Enfermería, hasta la publicación de la teoría de las relaciones interpersonales de Hidegard E. Peplau. La teoría de Peplau se refiere a la relación entre una persona con necesidad de ayuda y una enfermera formada adecuadamente para reconocer sus necesidades e intervenir terapéuticamente (Peplau, 1990; Kérouac y cols, 1996). De acuerdo con Peplau, la relación establecida es recíproca, por lo que las acciones de enfermería no son sólo en, para y hacia el paciente, sino con él, e implica respeto, desarrollo y aprendizaje para ambos (Peplau, 1990). Este modelo teórico humanista se inscribe en el paradigma de la integración, es decir, orienta a la enfermera a reconocer en cada persona su componente biológico, psicológico, cultural, social y espiritual y dirige el cuidado a sus dimensiones, físico, social y mental (Kérouac et al, 1996).
En su teoría, Peplau describe cuatro fases de relación enfermera–paciente, proceso que aunque implique ejecución de técnicas, procedimientos y utilización de dispositivos, no puede considerarse sólo técnico, sino interpersonal (Peplau, 1990).
Estas etapas son: orientación, identificación, explotación y resolución. Es necesario recalcar que las diferentes fases no son estáticas ni se presentan y superan en estricto orden, más bien, se superponen unas con otras y pueden concurrir de manera simultánea (Peplau, 1990; Simpson, 1992; Werner y Rouslin, 1996; Marriner y Raile, 2003). En la relación interpersonal, la enfermera de forma flexible, se moviliza y asume distintas funciones y roles, además, utiliza al máximo sus habilidades, conocimientos y recursos para ayudar al enfermo.
El proceso de relación, aunque se presente por etapas, es continuo. Tiene lugar como un compromiso entre dos personas, cuyo lecho es el conocimiento enfermero y la necesidad de ayuda del paciente. Este modelo teórico, caracterizado por la atención centrada en el paciente, puede ser utilizado en la enfermería a todos los niveles (Kérouac et al, 1996).
No obstante, para la aplicación de un modelo teórico, en primer lugar, se debe tener claridad sobre lo que es la profesión. Para Peplau la enfermería es: “Un proceso significativo, terapéutico e interpersonal. Funciona de forma cooperativa con otros procesos humanos que hacen posible la salud de los individuos (…). La enfermería es un instrumento educativo, una fuerza de maduración que aspira a fomentar el progreso de la personalidad en dirección a una vida creativa, constructiva, personal y comunitaria” (Peplau, 1990: 14). El cuidado de enfermería es concebido entonces, como un proceso dinámico en cuanto a que la relación enfermera-paciente cambia y a medida que cambia, se transforman a la vez, enfermera y paciente.
El cuidado de enfermería no es un acto aislado, ni está suspendido en el vacío. Tiene lugar en contextos sociales, institucionales y en redes de relaciones que le confieren significado. Por esta razón, la enfermera como instrumento terapéutico y experto técnico, debe tener conocimientos, clarificar sus valores y estar comprometida con el cuidado.
Podrá utilizar los recursos disponibles, y todos los avances tecnológicos para mantener la vida y la dignidad de los pacientes (Peplau, 1990). Cada encuentro entre enfermera y paciente, orientado por este modelo teórico, es una oportunidad transformadora y dignificante por su esencial contenido humanístico. Una oportunidad de relación, madurez, aprendizaje y crecimiento mutuo.

La comunicación con el paciente en la UCI

Durante la vigilia, mantenemos interacción constante con nuestros semejantes ya sean familiares, amigos, compañeros de estudio o de trabajo y en algunas ocasiones con extraños. Este es un aspecto vital en el cual estamos inmersos desde que nacemos hasta que morimos. Ni qué decir de las enfermeras; debido a que nuestro trabajo se especializa en prestación de servicios de carácter social y humano, las relaciones interpersonales son inherentes a él. No está por demás mencionar que la comunicación efectiva es esencial para la interacción que se genera en las relaciones interpersonales. Mediante ella, entramos en contacto con las personas y el mundo que nos rodea y es por ella, que se posibilitan la toma de decisiones, la obtención y transmisión de información y la modificación de objetivos. El encuentro entre una enfermera y un paciente en cualquier ámbito del cuidado, supone la interrelación de dos seres humanos que ante todo son personas; la comunicación entre ellos se establece mediante diversos códigos y uno de ellos es el lenguaje.
Sin embargo, muchos pacientes hospitalizados en la unidad de cuidados intensivos, no pueden emplear el lenguaje para la comunicación con el entorno, entre otras razones por estados de inconciencia, sedación obligatoria o intubación endotraqueal. Si el individuo interpreta el ambiente mediante los símbolos y sus significados y actúa en consecuencia, es de suponer que esta función puede estar deprimida o abolida en los pacientes con alteración de la conciencia. El paciente de la unidad de cuidados intensivos presenta amenaza de muerte, pérdida de la autonomía, separación de la familia y del entorno, no entiende el lenguaje ni los monitoreos, pierde el rol, la dignidad, la expresión oral y la actividad.
Por todo lo anterior, las situaciones de salud del paciente en estado crítico, enfrentan a todo el personal que participa de su cuidado, a ser recursivo frente a la comunicación, lo cual hace imperativo que los trabajadores de la salud busquemos los códigos que permitan la interacción con el paciente. La unidad de cuidados intensivos es el sitio del hospital donde el cuidado es de tipo clínico y de carácter individual, lo cual determina la interacción permanente entre los enfermeros y un paciente, que presenta características de dependencia en el cuidado en un sistema totalmente compensatorio, para la satisfacción de sus necesidades. http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1132-12962006000200010&script=sci_arttext&tlng=pt

Los cuidados enfermeros son un "proceso interpersonal terapeutico"


TERAPÉUTICA

(b. lat. therapeutica, tratados de medicina ← gr. therapeutik ← therapeuo, servir, cuidar)

f. Parte de la medicina que tiene por objeto el tratamiento de las enfermedades: ~ ocupacional,

tratamiento empleado en diversas enfermedades somáticas y psíquicas, que tiene como finalidad
readaptar al paciente haciéndole realizar las acciones y movimientos de la vida diaria.

TERAPIA

(gr. therapeia, cuidado, curación)

Elemento sufijal que entra en la formación de palabras con el significado de cuidado, curación.

Se trata de una relación humana entre una persona ( enferma o una persona que tiene necesidad de ayuda) y una enfermera formada de forma adecuada, con el fin de reconocer sus necesidades de ayuda y responderle a éstas.


 

La comunicación interpersonal en la relación

La enfermera requiere de competitividad profesional, múltiples habilidades y relación armónica enfermera paciente; por tanto, es muy importante que tome en cuenta que a
diario transmite un impacto personal mediante su comunicación. Todas las personas cuentan con los mismos elementos en este proceso: (cuerpos, valores, expectativas del momento,
órganos de los sentidos, capacidad para hablar —palabras y voz— y cerebro La comunicación es un proceso delicado y complicado mediante el cual nos podemos entender para vivir con los demás, así como
solucionar conflictos con los semejantes y con uno mismo. En el caso de la comunicación interpersonal esto significa conectarse con otra persona en un nivel emocional, y no sólo en un nivel
intelectual. En el caso específico de la relación enfermera paciente, nueve habilidades pueden coadyuvar a enriquecer la importante labor que desempeña, ¡ése que espera el paciente!
A veces, de tanto ver cosas se olvida de mirar y de tanto oír voces y ruidos diferentes se le olvida escucharlos. Hoy en día, con sólo observar a los pacientes se puede dar cuenta que —en muchas
ocasiones— el hospital resulta un lugar hostil, de soledad, le infunde temor, miedo y, por ende, necesidad imperante de comunicarse con los demás. La enfermera, por su contribución afectiva y potencial, es un puntal en la recuperación de la salud del
mismo.